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ginario español) entre un primer franquismo represivo y un te horas) y otros “avances tecnológicos” como las descargas
ulterior franquismo aperturista, ya que, si en los años cua- eléctricas (155-171). Antes, el horror carnal ejercido sobre
renta toda la geografía española se había poblado de fosas los cuerpos desnudos y amordazados es relatado a partir de
comunes y espacios en los que se asesinaba masivamente, una serie de “recomendaciones” que imitan las que daría
en los sesenta o setenta, como bien enseña la novela, la disi- un médico que opera en un quirófano (131-133), y en otro
dencia antifranquista seguía siendo torturada y asesinada en momento, Rosa introduce irónicamente un tono “diverti-
los centros de detención y las dependencias policiales. En do” o “cómico” para contar la tortura y la trayectoria poste-
este sentido, observa Rosa, también debe aplicarse a estos rior de los supervivientes (149-154). Al igual que la nostal-
años la máxima de que el olvido puede “convertirse en una gia, precisa Germán Labrador en su análisis de la novela, la
segunda muerte, un ensañamiento postrero sobre el que fue comicidad también constituye una manera indecorosa para
fusilado, torturado, arrojado por una ventana o baleado en hablar de la tortura o del terror, pero Rosa, obviamente, en
una manifestación” (El vano 63). su afán deconstructivo, no la usa de modo convencional (al
Con semejante propósito —pero consciente de la difi- estilo esperpéntico antes señalado), sino a través de la expe-
cultad de narrar lo atroz y lo desaparecido (Macciuci 250- rimentación paródica, logrando así un efecto aún más per-
258)— Rosa propone un recorrido por las tecnologías de turbador (122-124). En ese tono “risible” se relata la de-
castigo, descubriendo las interioridades de las dependencias tención y la tortura aplicada a la compañera sentimental de
policiales y las tipologías del horror en ellas perpetrado, ya André Sánchez, Marta:
que “cuando se dice que en el franquismo se torturaba hay llegaron a la Dirección General de Seguridad, el viejo edificio
que describir cómo se torturaba, formas, métodos, intensi- de Sol que era la auténtica casa de la risa […] Los efectos de las
dad; porque lo contrario es desatender el sufrimiento real” cosquillas aplicadas sobre los interrogados, que se partían de la
(156). Así, por ejemplo, aparece un testimonio del jefe de risa, se descoyuntaban de la risa, reventaban de risa, se morían
Servicios de Información que revela cómo la policía infil- de la risa incluso, y poco después de llegar Marta tenía ya los
traba a sus propios informadores en las redes de la resisten- ojos hinchados de apretarlos en risotada, los labios ensangrenta-
cia antifranquista (265-290), se transcriben los recuerdos dos de mordérselos para contener el estallido festivo, pasó varias
horas en un despacho con varios policías que le pedían que re-
de un estudiante que narra su propia detención y experien- pitiese los mismos chistes que se contaban entre ellos […] y ella
cia en la Dirección General de Sol (113-130), o se ofrece se resistió a contar […] y entonces hicieron el simulacro circen-
un estremecedor relato en primera persona de las palizas y se de la bofetada, un policía simulaba que le daba un cachete y
torturas infligidas a un miembro de una organización revo- ella daba palmas con las manos en la espalda imitando el soni-
lucionaria que incluyen los más brutales métodos medieva- do de la bofetada, ese truco lo aprendió muy bien la mayor par-
te de detenidos durante aquellos años […] así estuvo varios días
les (el “grifo” que llenaba de agua el cuerpo, el estiramiento sin que su viudo padre supiera nada de su hija, porque él ya ha-
de columna vertebral o el colgamiento de una barra duran- bía conocido el carácter bromista de aquél régimen. (149-151)
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Revist a de alces XXI Número 1 , 2013