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La repetición y el uso del quiasmo aquí remiten a una totali-  no, hecho de citas sacadas de un libro que DK lee al volver

 dad amenazadora. De hecho, esta masa de “caras y cuerpos”   a casa después de la fiesta, sobre la sustitución de la realidad

 lo invade todo, calles y texto (más de 20 ocurrencias de la   por una Computadora universal tan poderosa que “según

 voz “cuerpo(s)”, más de 10 ocurrencias de la voz “masa”, del   los parámetros de la nueva ciencia, es imposible distinguir

 sintagma “caras y cuerpos”), y aunque probablemente pro-  la realidad de la fantasía” (506). Primero, el paralelo que es-

 gramada, resulta incontrolable, aun para los más cínicos del   tablece entre el baile de los cuerpos humanos, acalorados

 mundo: “[…] siento en mi cuerpo los síntomas de la ren-  en el ambiente artificialmente festivo de la discoteca, y el


 dición y del abandono” (142). Tras un breve momento en   baile de los cuerpos celestes, intangibles, minerales, refleja

 que DK recupera el control de la masa gracias a su voz, lo   la progresiva deshumanización de la mirada de DK. Lue-

 pierde de nuevo, como en una premonición, y su despertar   go, la fusión de los dos discursos muestra la evolución lógi-

 corresponde a la desaparición de su propio cuerpo (145). Y   ca del sistema (neo)liberal: como la “nueva ciencia”, o sea la

 en efecto, en el capítulo 45, su tentativa de revolución en   tecnogénesis, el (neo)liberalismo no permite sino alcanzar

 el mundo real es un fracaso rotundo. Al ser definitivamente   el grado extremo de la racionalización de las relaciones hu-

 un “cadáver político”, DK muere.   manas. La supresión del dominio de las pasiones implica su


 En Karnaval, como ya hemos dicho, la relación con el   sustitución por una vuelta al lirismo como expresión de un

 cuerpo está marcada por la búsqueda de la dominación del   sentimiento platónico, pero un lirismo maquinal, progra-

 otro: en la relación sexual con las mujeres, pero también,   mado, digitalizado, es decir, un anti-lirismo.

 aunque de manera menos directa, en la relación política

 con el “cuerpo” social. Para no correr el riesgo de que esta   La revolución de los cuerpos

 dominación fracase, DK aboga por la “tecnogénesis”, es de-  Como bien dijo el filósofo francés Pascal: “El corazón tiene

 cir, una mutación genética basada en el uso de las nuevas   razones que la razón no entiende”; en su único examen de

 tecnologías y las nuevas ciencias mediante la que “los hu-  conciencia, DK entiende que su vida ha sido regida por la

 manos pasaremos a gestionar la realidad como si fuéramos   razón y no por el amor, y que ése fue su gran error:


 máquinas […] con el fin de excluir para siempre el error y

 la aberración en los resultados cuantificables” (326). En el   La razón, repetía con tono dramático, ha descubierto la lucha

 capítulo 42, DK describe la fascinación que siente todavía   por la existencia, el conflicto de la supervivencia del más fuer-

 por la visión del acoplamiento de los cuerpos bailando en la   te y la ley que exige la eliminación de todos los que impiden la
                satisfacción de mis deseos. La razón es mafiosa, corrupta, intra-
 pista de una discoteca, que compara con el baile de las estre-  table. La razón elimina todo lo que no sea el interés y el prove-

 llas y los planetas observado momentos atrás en un telesco-  cho, a costa de cualquier cosa, la vida de los demás o la sangre de

 pio que ofrece una “simulación perfecta del cosmos” (494).   los inocentes. El salto irracional fuera de ese cuadro de horrores


 Poco a poco se superpone a este discurso un discurso aje-  y masacres que pinta la razón, con sus innobles y chillones co-






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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