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pisos que poseen. Lo dijo con un lema el movimiento 15-

         M: “España, ese país de casas sin gente y de gentes sin ca-

         sas” (y añadió un año después: “Se rescatan bancos, se des-

         ahucian gentes”). Entonces seguía creciendo el número de





































         Fig. 1. Escaparates vacíos. Sucursal Banco Pastor, calle Santa Isabel,                                                  Fig. 2. Hijos de Mutants. Acción del grupo de graffiteros Mutants.
         Madrid. 22 jun. 2012. Fotografía del autor.                                                                             Ronda de Toledo, Madrid, 18 nov. 2012. Fotografía del autor.






         ejecuciones de desahucios y, con ellos, crecía también la re-                                                           Otros responden ocupando las casas que están vacías. Pai-

         sistencia popular a estos desahucios. Frecuentemente, des-                                                              saje para una nueva desamortización: estos súbitos vacíos, su

         pués de echar a sus dueños, la puerta de los pisos se tapia                                                             visibilidad y su invisibilidad, su ocupación y su desocupa-


         con ladrillos. Otra imagen dialéctica: la de las viviendas va-                                                          ción, hablan de una nueva experiencia estética de la ciudad,

         cías, causantes de la ruina de cientos de miles de familias, en                                                         en la que los símbolos del boom se han convertido en seña-

         las que hoy no vive nadie. Viviendas vacías cuyo interior no                                                            les de la crisis: son lo mismo pero ya no lo significan.

         puede verse se relacionan poderosamente con sedes vacia-                                                                    La casuística es amplia. Así, por ejemplo, la multinacio-

         das cuyo interior se enseña que está hueco. Para hacer evidente                                                         nal sueca Ikea fue uno de los pájaros del rinoceronte (anima-

         esta conexión causal, para formalizarla grupos de activistas                                                            les simbióticos) de los años de expansión: hacían falta cien-

         responden tapiando los cajeros automáticos de los bancos                                                                tos de miles de sillones poang, mesas bjursta y camas malm


         que ejecutan hipotecas [fig. 2].                                                                                        para amueblar los cientos de miles de apartamentos que se
                                                                                                                                 compraban y se vendían al mismo ritmo creciente con el








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