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Ahora podemos comprender en su triste verdad histórica el mo-                                                           cia que no merecía discusión, que “en el próximo siglo, dos
                vimiento que, desde hace treinta años, transforma la Escuela lle-                                                       décimas partes de la población activa serían suficientes para

                vándola en una dirección siempre idéntica. Invocando a la vez                                                           mantener la actividad de la economía mundial”. Partiendo

                una “democratización de la enseñanza” (una mentira absoluta)                                                            de bases tan sinceras, pudo formularse con todo el rigor el
                y la “adaptación necesaria al mundo moderno” (una verdad a                                                              principal problema político al que el sistema capitalista se

                medias), lo que se está construyendo a través de todas estas re-                                                        vería confrontado en las próximas décadas: ¿cómo podría la

                formas igualmente malas es la Escuela del capitalismo total, es decir,                                                  élite mundial mantener la gobernabilidad del ochenta por
                una de las bases logísticas decisivas a partir de las que las prin-                                                     ciento de la humanidad sobrante, cuya inutilidad había sido

                cipales compañías transnacionales —una vez acabado su proce-                                                            programada por la lógica liberal?
                so de reestructuración en líneas generales— podrán dirigir con

                toda la eficacia deseada la guerra económica mundial del siglo XXI.                                                     Tras el debate, la solución que acabó imponiéndose como

                                                                               Jean Claude Michea,                                      la más razonable fue la propuesta por Zbigniew Brzezins-

                                                                    La escuela de la ignorancia,                                        ki (antiguo consejero de Jimmy Carter) con el nombre de

                                                                             Acuarela libros, 2002.                                     tittytainment. Con esta palabra-baúl (Entertainment significa
                                                                                                                                        “entretenimiento” y tits, en argot americano, “pechos”) se

         Como bien se encarga de dejar patente el propio Michea en                                                                      trataba simplemente de definir un “cóctel de entretenimien-

         el libro que da título a este apartado, si bien este proceso de                                                                to  embrutecedor  y  de  alimento  suficiente que  permitiera
                                                                                                                                        mantener de buen humor a la población frustrada del pla-
         reeducación hacia la ignorancia obedece a la inercia que de-                                                                   neta”. Este análisis, cínico y despreciativo, tiene la evidente

         manda el propio sistema, no obstante está timoneado con                                                                        ventaja de definir, con toda la claridad deseable el pliego de


         perfecto conocimiento de ello por las élites empresariales y                                                                   condiciones que las élites mundiales asignan a la escuela de

         políticas que gobiernan el mundo, la así llamada comunidad                                                                     siglo XXI.

         internacional.                                                                                                                                                                                Jean Claude Michea,
                                                                                                                                                                                            La escuela de la ignorancia,

                Así fue como, por ejemplo, en septiembre de 1995, bajo la                                                                                                                            Acuarela libros, 2002.

                égida  de  la  fundación  Gorbachov,  “quinientos políticos, líderes
                económicos y científicos de primer orden” que se consideraban a sí                                               Uno de los más devastadores estragos de esta orquestada

                mismos la élite mundial, tuvieron que reunirse en el Ho-                                                         maquinaria de embrutecimiento colectivo es sin duda lo
                tel Fairmont de San Francisco para contrastar sus puntos                                                         que Debord llama la “disolución de la lógica”, o en otras

                de vista acerca del destino de la nueva civilización. Dado

                su propósito, el foro estuvo presidido por una voluntad de                                                       palabras, “la pérdida de la posibilidad de reconocer instantá-
                lograr la más estricta eficacia: “Estrictas reglas obligan a to-                                                 neamente lo que es importante y lo que es accesorio o está fuera

                dos los participantes a olvidar la retórica. Los conferenciantes                                                 de lugar; lo que es incompatible o, por el contrario, lo que podría
                sólo disponen de cinco minutos para introducir el tema: ni-                                                      ser complementario; todo lo que implica tal consecuencia y lo

                nguna intervención durante los debates debe sobrepasar los                                                       que, al mismo tiempo, impide”. Es decir, la piedra angular de

                dos minutos.” Una vez definidos estos principios de traba-
                jo, la asamblea comenzó reconociendo, como una eviden-                                                           toda argumentación, de todo pensamiento, de toda razón.






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