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ne ésta misma de filosofar—. Esta reflexión termina con dad del artista (su praxis) como el núcleo y origen de la crea-
una breve consideración de un par de textos literarios ción. Esta tendencia singularmente moderna de localizar en
publicados en España en los últimos años que también en- el individuo la génesis de la creatividad/productividad, de
tran, cada uno a su manera, en el terreno de la poiesis, y que deificar al autor como AUCTOR, el que actúa o practica,
por tanto suspenden por momentos la subjetividad moderna da pie a una mistificación de la voluntad humana, y tal giro
y abren paso a otros esquemas conceptuales y nuevas condi- transformará para siempre lo que se entiende por lo poietico.
ciones de posibilidad. En la medida en que el individuo viene a entenderse como
Bien sabido es que en la Grecia Antigua el término poie- la fuente de la actividad creativa, el término poiesis llega a te-
sis se refería a cualquier instancia en que se da vida a algo ner un significado a la vez más limitado (refiriéndose sólo a
nuevo —la experiencia de la creación de aquello que antes la producción artística y literaria, la poesía como paradigma
no existía—. Así de amplia es la definición ofrecida por Pla- de las artes en general) y más ligado al individuo: viene a de-
tón en el Simposio y reiterada por Aristóteles en La poética. signar la expresión de la visión de un genio. En este sentido,
De hecho, dentro de los estudios de lenguas clásicas, la tra- la conceptualización moderna de las artes en realidad marca
ducción que se suele hacer de poiesis no es “poesía” sino “pro- la canibalización de la poiesis por la praxis.
ducción” (e.g., Halliwell). La poesía y las artes en general son Marx será el primero en teorizar la confusión entre am-
sólo unos ejemplos privilegiados de este fenónomeno; tam- bos términos pero reivindicando la poiesis en una nueva for-
bién constituyen poiesis la artesanía, la carpintería, la agricul- mulación. En su ensayo titulado Ideología alemana, Marx
tura, incluso la propia naturaleza, que continuamente pro- hace una importante revisión de lo que él mismo había au-
duce vida nueva. La poiesis no se limita, pues, a la actividad gurado un año antes —en las Tesis sobre Feuerbach— como
del ser humano; y aunque puede expresarse a través de un in- una nueva ontología de la praxis, postulando en su lugar una
dividuo dado, es un fenómeno radicalmente desindividuali- ontología de la producción (cosa que él, siguiendo a los grie-
zado, algo más amplio, con ontología propia. La praxis, en gos, considera un sinónimo de poiesis). Según Marx, la pro-
cambio, se refería en la antigüedad a la acción intencionada ducción —entendida concretamente como la creación poie-
o decidida del ser humano. La esencia de la praxis, a diferen- tica de las condiciones de la existencia— determina el ser
cia de la de la poiesis, radica en la determinación consciente del hombre (su Sein). Esta productividad es por necesidad
del ciudadano, por lo que los griegos la sitúan estrictamen- colectiva, y es el desencadenante de la historia —y como tal
te dentro del ámbito de la ethos y la polis. La praxis literaria representa la posibilidad de cambio— ya que transforma no
o artística designa, pues, el acto de crear y no el hecho de la sólo a quien participe de ella sino también su entorno natu-
creación/producción en sí. ral y material. De hecho, Marx sostiene que la conciencia (la
Sin embargo, estas respectivas formulaciones sufren im- Bewusst-sein) también es producida de la misma manera —la
portantes cambios cuando se empieza a considerar la acti vi- determinación consciente del ser humano no es la causa sino
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Revist a de alces XXI Número 0 , 2012