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que parecen. Son muchos más los necios que los entendidos, Obras citadas
páganse aquellos de la apariencia, y aunque atienden éstos a
la substancia, prevalece el engaño y estímanse las cosas por Gracián, Baltasar. El héroe. El discreto. 4ª ed. Buenos Aires:
de fuera” (101). Espasa Calpe, 1938.
Y es aquí, en el terreno de las cosas que no pasan por lo
que son, sino por lo que parecen, donde me gusta que opere Maravall, José Antonio. La cultura del Barroco. Barcelona:
la literatura. La literatura que me gusta escribir y leer atravie Ariel, 1975.
sa las apariencias y llega al cogollo de la verdad, como diría
un hombre del siglo XVII, desengaña al lector, pero no para Orejudo Utrilla, Antonio. Fabulosas narraciones por
que abandone el mundo, sino para que se desenvuelva me historias. Madrid: Ediciones Lengua de Trapo, 1996.
jor en él. Esta moral utilitaria y un poco cínica, nada trágica
y algo posmoderna avant la lettre es la que nuestro escritor —. Un momento de descanso. Barcelona: Tusquets Editores,
Antonio Orejudo comparte con algunos escritores del siglo 2011.
XVII, los de corte más moral, porque este escritor que ahora
les habla es, pese a la apariencia disparatada de su libros, un —. Reconstrucción. Barcelona: Tusquets Editores, 2005.
gigantesco moralista.
—. Ventajas de viajar en tren. Madrid: Alfaguara, 2000.
Rosales, Luis. El sentimiento del desengaño en la poesía
barroca. Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1966.
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Revist a de alces XXI Número 0 , 2012
