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mún, entendido como sistema (Even­Zohar), como comu­       1

 nidad interpretativa (Fish), como campo literario (Bour­

 dieu) o como esfera pública (Habermas), es el lugar donde   —Puede que Margot no posea la inteligencia más aguda del

 entran en relación lo individual y las fuerzas colectivas, las   mundo occidental, pero en cuanto conoce a un chico que afirma

 estéticas dominantes con las marginales y su instrumentali­  ser poeta, la primera palabra que le viene a la cabeza es ham-

 zación, la centralidad de lo institucional (que será, después,   bre.

 ingrediente de la futurible “ensalada de canónicos”), los nue­  —Eso es absurdo. No tiene ni idea de lo que dice.


 vos soportes y su análisis, la delimitación genérica, la diná­  —Disculpe que le contradiga, pero cuando le pregunté sus pla-

 mica cambiante de las convenciones, los discursos periféri­  nes en la fiesta, me dijo que no tenía ninguno. Aparte de su ne-

 cos, las auto­justificaciones de los discursos culturales para   bulosa aspiración de escribir poesía, desde luego. ¿Cuánto ga-

 perpetuarse, las relaciones entre formas expresivas y estruc­  nan los poetas, señor Walter?

 turas sociales, las representaciones y sus efectos afectivos, los   —La mayoría de las veces, nada. Con algo de suerte, de vez en

 registros epistemológicos, los horizontes de lectura, la legi­  cuando te pueden echar unas monedas.

 timación de los discursos poéticos y críticos, las condiciones   —Eso me suena a hambre.


 reales de producción, las conexiones entre discurso, poder y   —Yo no dije que pensara ganarme la vida escribiendo. Tendré

 constitución de la subjetividad, las propias inconsistencias   que buscarme un trabajo.

 de este sistema. Así, en 1968, el mismo año en que, paradó­  —¿Como cuál?

 jicamente Barthes proclamaba con poca prudencia la muer­  —Es difícil decirlo. Podría  trabajar  en una editorial,  o en

 te del autor y proponía los conceptos de “socialidad de la es­  una revista. Traducir libros. Escribir artículos y críticas. Algo

 critura” y “transindividudalidad de sus códigos”, explicaba   de eso, o varias cosas de ésas a la vez. Es pronto para saberlo, y

 Wimsatt en Day of the Leopards:  hasta que no me enfrente al mundo no vale la pena perder el

         sueño por ello, ¿no le parece?

 ...digamos que una obra de arte es algo que emerge del reino   —Le guste o no, ya se está enfrentando al mundo, y cuanto an-
 privado, individual, dinámico e intencional de una personali­

 dad y una mente concreta; en cierto sentido, está hecha (y esto   tes aprenda a defenderse solo, mejor para usted. (Auster 21-

 es especialmente verdad en la obra de arte verbal) de intencio­  22)
 nes o de material intencional. Pero al mismo tiempo, en el mo­

 mento en que surge, entra en un territorio público y, podría­  2
 mos decir, objetivo. Exige y obtiene atención del público. In­

 vita a la discusión acerca de su significado y su valor, y la recibe   Ejercicio. Buscar una poesía que resista el asedio de la mira­

 en un lenguaje de intersubjetividad y conceptualización. (11)  da crítica para crear nuevas miradas, que drible los lengua­

         jes ramplones de las categorizaciones y las etiquetas deján­








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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  0 , 2012
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