Organizadoras: Annabel Martín (Annabel.Martin@dartmouth.edu) y Ellen Mayock (MayockE@wlu.edu).
Formato: Composición colectiva de la lista de lecturas antes del 15 de octubre de 2014; 2-3 tardes de seminario en Soria
El seminario tendrá como objetivo leer, estudiar, analizar y comentar de manera colectiva las manifestaciones y las redefiniciones del feminismo hispano en el mundo actual. Algunos de los temas a estudiar surgen del número especial convocado por Letras Femeninas (con el permiso de las co-editoras Ana Corbalán y Margaret Frohlich) para el verano del 2015 y otros son nuevos para este seminario de ALCES:
Género y Crisis
¿Cómo podemos definir el género y el feminismo en esta época de crisis mundial? ¿De qué forma plantean las cuestiones de género un enfrentamiento directo con el neoliberalismo?
¿Por qué es importante relacionar el género con otras categorías como raza, sexualidad, etnicidad o clase social en este contexto de crisis?
Género e Investigación
¿Cuáles son las implicaciones de los estudios de género y de los nuevos feminismos en las investigaciones contemporáneas, sobre todo en las dedicadas a la literatura, cine y arte?
¿Cómo establecer alianzas epistemológicas, críticas, y políticas con los estudios críticos de otras disciplinas? ¿Cuál es el papel de las humanidades a la hora de tender estos puentes?
¿Qué autores/as muestran un alto grado de sensibilidad hacia esta línea de crítica histórica vía la literatura, cine o arte? ¿Cómo hacer más visibles estos proyectos en nuestras líneas de investigación, seminarios, charlas?
Género y Pedagogía Crítica
¿Cómo se ha traducido el estudio de género en experiencias pedagógicas distintas, radicales, y críticas con nuestro mundo? ¿Hasta qué punto facilitan nuestras respectivas universidades esta pedagogía crítica?
Género y Acción
¿Cuál puede ser el papel de ALCES en la promoción de mayor equidad? ¿Cómo se pueden construir políticas progresistas en nuestra asociación y otras similares para que las distintas problemáticas relacionadas con cuestiones de género formen parte del análisis y las soluciones propuestas?
¿Cuáles son las mayores dificultades para la mujer en el medio ambiente laboral del mundo creativo y de la universidad? ¿Cómo podemos o debemos generar soluciones e implementarlas?
La lista de lecturas se compondrá entre todos los participantes antes del 15 de octubre de 2014. En las Jornadas este grupo de seminario se reunirá al menos dos veces, dejando abierta la posibilidad de reunirse la tercera tarde si hay interés.
Nos reuniremos las tres tardes de las Jornadas. Hemos cambiado un poco el orden de nuestras tres unidades, pero las lecturas y demás son iguales.
Manifestaciones y redefiniciones del feminismo hispano en el mundo actual
martes, el 7 de julio, 16:30-18:30: Creación
miércoles, el 8 de julio, 16:30-18:30: Epistemología queer
jueves, el 9 de julio, 16:30-18:30: Justicia social
Bibliografía: Lista de lecturas–Manifestaciones y las redefiniciones del feminismo hispano en el mundo actual
Estimadas colegas,
Os escribo con un par de comentarios sobre nuestras lecturas sobre epistemologías queer. Les agradezco a Margaret y a Gema estas selecciones y a Margaret su excelente organización de esta unidad.
Desde un punto de vista personal, estas lecturas me han desafiado de una manera profunda, ya que voy viéndome algo retrógrada en mis conceptuaciones del feminismo, muy de la llamada Second Wave y algo (demasiado?) nostálgica por un activismo que tal vez nunca existiera tal y como me lo imaginaba. Todos los tres textos (Transfeminismos, Terrorist Assemblages y Time Binds) plantean las dificultades de reconocer una transición entre un feminismo (pre-Butler) que parecía no reconocer los intersticios entre categorías de sexo y genero ni de raza, religión, clase y un «transfeminismo» o «postfeminismo» que pretende reconocer hábilmente otras categorías y ampliar así los debates y polémicas posibles. Antes de leer la selección de Freeman, me preocupaba la paulatina desaparición de la «mujer» (término ya anticuado) o de las mujeres de la conversación. Como ha dicho Freeman, Shulamith Firestone planteó la idea del cyborg reproductor para así liberar a la mujer de esta función. Sin embargo, unos 45 años mas tarde, la mujer sigue siendo la única fuerza que puede dar a luz. En este sentido, aunque reconocemos que la biología ya no es necesariamente el destino, tenemos que reconocer que la biología todavía tiene sus fuertes impactos en la temática feminista de hoy en día–la violencia sexual, la violencia sexual usada como arma de guerra, la guerra en sí, la falta de equilibrio en los papeles asignados a hombre y a mujer, el peso del cuidado de los niños, la falta de equilibrio entre los salarios de hombres y mujeres, etc, etc. Estoy pensando un poco en el juego de palabras en inglés, «the female laboring body» –las cuestiones de la producción y de la reproducción. Es decir, me parece utilísimo poner en cuestión la falta de flexibilidad ideológica del feminismo de los años 60 y 70 y, al mismo tiempo, tener todavía en cuenta el hecho de que no hayamos solucionado estos problemas profundos de la verdadera presencia del cuerpo que da a luz. En este sentido, me gusta mucho cómo plantea Sentamans un activismo que permita tanto alianza como diferencia, dependiendo del tema y de la identificación de los individuos del grupo con ello (p.40).
Terrorist Assemblages hace la gran labor de cuestionar la política nacionalista y sexual de los Estados Unidos en la época post 11 de septiembre, y estoy totalmente de acuerdo con lo que dice sobre la manera de que «queerness [serves] as a regulatory frame of biopolitics» (p.24). Desde el 11 de septiembre, aquí en los Estados Unidos, me han preocupado sobremanera los homenajes, las reverencias, las celebraciones y la deificación del héroe, un héroe por necesidad patriótica anti-Islam, pro-bandera y demasiado pro-protección de las y los débiles–las mujeres y los niños. Esta construcción masculinista, como dice Puar, hace hincapié en las figuras hipermasculinas del bombero, del guerrero, del banquero y del consumidor. Entonces, Puar me ha ayudado a entender los motivos sociopolíticos tras estos fenómenos. En su conclusión, Puar habla del poder de la cibernética de borrar límites y fronteras (p. 210), pero yo creo que la tecnología replica muchos de los peligros de nuestras ya existentes estructuras binarias de poder y que, como hemos visto con Firestone, parece tardar mucho en llegar a liberar a todos los seres humanos.
Freeman permite esta disyuntiva entre los principios de la generación de Firestone y las nuevos teorías queer que nos ayudan a desesencializar en cierta medida al cuerpo humano. Dado el contexto estadounidense del texto de Freeman, creo que cabe decir aquí que no estoy del todo de acuerdo con lo que dice sobre el ERA Amendment (que faltaba dientes antes y que ahora no tiene nada que ver; que es un dinosaurio) porque todo lo que voy viendo con Title IX nos está llevando cada vez más a plenas discusiones sobre la necesidad de mayor protección bajo algo como ERA. ERA (no lo pensemos en el imperfecto!) tal vez pueda deshacer las categorías de la interseccionalidad sin deshacer las necesarias distinciones que forman parte de nuestras identidades. Ya veremos. Me interesa mucho hablar más con todas vosotras sobre esto en un contexto más allá de los Estados Unidos (y específicamente español).
Muchas gracias, y espero vuestros comentarios.
-Ellen
Gracias, Ellen. Me interesan tus comentarios sobre ERA y sí, sigue siendo importante el tema de la protección. Leí en el -Manifiesto por la Insurrección TransFeminista- que se menciona en -Transfeminismos- lo siguiente: “No necesitamos protección sobre las decisiones que tomamos en nuestros cuerpos”. Entiendo el gusto de negar la necesidad de la protección, sobre todo de un estado que ha sido amenazante para el cuerpo femenino. Sin embargo, me pregunto, ¿de qué privilegios disfruta el sujeto que articula esta frase?
¿Qué tipo de sujeto colectivo produce la retórica dicotómica “ellos/nosotros” que emplea Preciado en el prólogo de –Transfeminismos- (10)? Puesto que responde a lo que “ellos” dicen, ¿logra ser algo más que reaccionario? ¿Es diferente del “aparato de producción de verdad” que critica (11)? Es una retórica política eficaz por un lado, pero me parece que implica una exterioridad problemática para el “nosotros”. Es decir, ¿cuáles son las precondiciones y relaciones de poder que posibilitan el acto de hablar tanto de “ellos” como de “nosotros”? Se puede cuestionar el significado “mujer” tanto como “ellos” en esta reconstrucción de este espacio en común.
En la introducción a -Transfeminismos-, Solá subraya la necesidad de ser conscientes de nuestra historia al mismo tiempo que se desarrollan nuevas producciones de conocimiento. ¿Qué términos se puede incluir en la genealogía del transfeminismo que describan la multiplicidad del sujeto feminista? Pienso, por ejemplo, en el término “intersectionality” de Kimberle Crenshaw.
Tanto Transfeminismos como Time Binds se preocupan por la relación entre lo queer y la historia del feminismo y los dos entienden el pasado del feminismo como heterogéneo (Transfeminismos 18; Time Binds 79). Solá, sin embargo, habla de “rupturas” y “líneas de continuidad” mientras Freeman, hablando del trabajo de Firestone, nos anima a pensar “in terms of radical and conservative versions of the politics that travel under the sign of feminism, rather than in terms of horizontal breaks (79). Tal enfoque nos permite entender cómo lo percibido como radical en el pasado puede volverse conservador en el futuro y por ende, lo radical en el presente es temporal.
El trabajo artístico de Haynes, Subrin y Mitchell nos recuerda el poder del anacronismo para indicar las limitaciones de nuestro entendimiento del presente. Freeman además nos habla de una relación más íntima con el pasado, una relación “táctil”, hasta “erótica”, “feeling the historical” que constituye el presente (93). Esto implica un “drag” temporal productivo para todo lo nuevo propuesto en Transfeminismos: “nuevas metodologías de producción de conocimiento”; “nueva imaginación política”; “una nueva internacional”; “nuevas conceptualizaciones de la identidad”; “nuevas teorías feministas postestructuralistas”; “nuevos feminismos”; “nuevos retos”; “nuevas tecnologías”; “nuevas representaciones”, etc.
Puar indica que el excepcionalismo de género de los EEUU sitúa a las feministas estadounidenses en un plano superior a las mujeres musulmanas y como tal es cómplice de “violencias normativas” (5). ¿Cómo puede una política de coalición dentro de los nuevos feminismos derribar tal tipo de jerarquía entre las mujeres?
El homonacionalismo da paso a la ciudadanía cultural del sujeto homosexual en los EEUU con tal de que éste no amenace intereses nacionales. Puar señala la preocupante aparición simultánea del discurso del excepcionalismo estadounidense que alaba la inclusión de ciertos “otros sexuales” y un estado de excepción que suspende los derechos de los ciudadanos. Prestando atención a tales fenómenos simultáneos y a otros vínculos incómodos, Puar subraya en el marco de las “queer assemblages” las amenazas presentadas tanto por la drag queen diaspórica asiática como por el bombardero suicida (222). Estos “terrorist assemblages” pueden socavar la “identidad coherente y hasta las narrativas queer anti-identitarias” a la misma vez que pueden ser cómplices de privilegios y normatividades. Entonces, me pregunto si las transgresiones de los nuevos feminismos también implican contingencias incómodas e imprevisibles.