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Dada la importancia de Darío en el capítulo anterior, el                                                            uno que enfatiza la forma o la “poesía pura” y el otro el con-

         cuarto estudio nos da “Algo más sobre sobre la poética de                                                               tenido (160). Palabras y frases como “lujo”, “vanidad”, “ex-

         Rubén Darío” y cierra la primera sección del libro. Aquí Bus-                                                           ceso”, “estilo en minúscula”, “huye de lo sencillo”, “parodia


         quets explica cómo Darío quería romper con la tradición,                                                                de sí mismo” y “el arte del espejo deformante” describen

         aspirando a la originalidad, las “formas nuevas”, la combi-                                                             lo barroco de Borges (172-174). Concluye que el Barroco

         nación de poesía y música y el aprecio de unas pocas perso-                                                             continúa siendo una fuerza promovedora de la racionalidad

         nas educadas (147-148). A principios del siglo XX, según                                                                tanto como el laicismo en el mundo (175).

         Busquets, lo nuevo se llamaba “decadente” o “decadentis-                                                                    En el segundo artículo de la sección II, “Góngora, histo-


         mo”, términos que se asociaban muchas veces con el simbo-                                                               ria de un equívoco”, Busquets dialoga con Alfonso Reyes,

         lismo (149). Darío nunca publicó un manifiesto pero, para                                                               Dámaso Alonso, Federico García Lorca y otras figuras de

         él, el modernismo era “el ‘anarquismo en el arte’” y lo más                                                             la Generación del 27 para identificar las varias “‘fórmulas

         importante era renovar el idioma y la poesía (150, 152). Sin                                                            y definiciones estéticas sobre la poesía de Góngora’” (179).


         embargo, a Darío no le interesaba todo lo del Modernismo                                                                Para empezar, comenta que la comparación crítica entre

         e ignoraba varias facetas del movimiento. Busquets conclu-                                                              Góngora y el poeta francés Stéphane Mallarmé llega a ser

         ye que Darío no fue un moderno, sino otro tipo de “‘inno-                                                               popular al mismo tiempo que Góngora está de moda (178).

         vador’” que dio paso a “las vanguardias” (153).                                                                         Busquets resume y analiza conceptos poéticos gongorinos


             La sección II del libro, “Bajo el signo de Góngora: el arte                                                         como la oscuridad, el espíritu/la esencia/la idea y la estéti-

         puro o ‘la pasión de la forma’”, empieza con el ensayo “Bor-                                                            ca/la forma, el culteranismo y el conceptismo (182). Deba-

         ges y el Barroco, espejo del ‘arte puro’”. Este estudio expli-                                                          te con Reyes y Borges sobre los elementos que llevan a la

         ca que Borges veía “los objetos mentales y estéticos [como]                                                             belleza poética (183) y a la confusión inicial del lector, que


         puro sueño” (157) y no realidad; no pensaba que el arte ser-                                                            crea “el placer intelectual” más tarde (185). Para Reyes, los

         vía para reflejar la vida (166) sino que la obra de arte se or-                                                         lectores asimilan de alguna manera la poesía de Góngora

         ganizaba como “la mente humana” (157). Según las ideas                                                                  antes de entenderla bien (185). Así los poetas del 27 cele-

         de Borges, el barroco “es un Estilo, una variante universal                                                             braban “la diáfana claridad y luminosidad de la oscuridad


         que se repite en épocas y lugares dispares” (159), una “cate-                                                           de Góngora” (189). Según Busquets, Góngora y Mallarmé

         goría permanente del espíritu” (172). Busquets sugiere que                                                              no coinciden en su estilo, sino en su intención (188, 191).

         su uso del estilo barroco no es mera coincidencia, sino re-                                                             Concluye que Góngora ejemplifica mejor que nadie lo que

         sultado de las tendencias hacia la historia de esa generación                                                           es el Renacimiento (192).


         (159). Borges ve el “yo”, la duda y la diversidad como fac-                                                                 El tercer capítulo de esta sección, “Gómez de la Serna,

         tores centrales al barroco, dentro del cual hay dos grupos:                                                             pionero del gongorismo”, explica cómo las greguerías de






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