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Rigoberta Bandini, así como las “madres paralelas” de Pedro   modernidad, este nuevo milenio, con sus crisis y traumas,

 Almodóvar ponen el foco en las complejas relaciones de los   invita a repensar los ritmos desde una perspectiva crítica

 sujetos identificados con la función reproductiva y con el   con las narrativas del crecimiento industrial capitalista y la


 imaginario patriarcal. Igualmente, desde las representaciones   necesidad de poner la vida en el centro, fomentando políti-

 del director manchego, las maternidades se vinculan con   cas más acordes con las necesidades humanas. Todo lo cual

 historias que todavía hay que desenterrar de las fosas   se ve reflejado en propuestas culturales en que las subjetivi-

 comunes, de las tragedias forzadamente cubiertas con un   dades maternas juegan un rol protagónico y que, con este

 espeso velo de olvido y silencio. Emergen, entonces, desde un   número de la Revista de ALCESXXI, nos hemos propuesto


 paradigma autobiográfico a la par que desde una perspectiva   dialogar.

 autorreflexiva las vivencias de unos cuerpos que hasta ahora   Según  algunos críticos  literarios,  “la  maternidad  se  ha

 habían sido negados, sin voz, ni representación, en un   instalado como un gran tema de novela” (Aguilar). Pero no

 canon sumamente androcéntrico. Frente a unas heridas que   solo la ficción narrativa, sino también el cine, las series te-


 nos interrogan, en este número de la Revista de ALCESXXI   levisivas, las artes visuales, la poesía, el teatro y el noveno

 hemos querido ahondar en una multiplicidad de aspectos   arte parecen haber descubierto el potencial creativo de unas

 relacionados con la reproducción y las maternidades, con la   problemáticas tradicionalmente relegadas al silencio y al ol-

 intención de proponer y dar visibilidad a nuevos imaginarios   vido. Dado el creciente número de publicaciones sobre ma-


 y la construcción de un (anti)canon más inclusivo.    ternidades, conviene recordar que, como señala Foucault, la

 Apostando por una cultura de los cuidados y fomentan-  visibilidad puede convertirse en un dispositivo disciplina-

 do una transformación del espacio urbano en el que el pe-  rio, dictando las maneras en que las personas gestantes y las

 cho lactante no sea fuente de vergüenza sino de sustento,   que se dedican al maternaje pueden y deben operar (Betta-


 desde la música, el cine, la literatura, el teatro y la narrativa   glio 229). De hecho, no podemos olvidar que, en palabras

 gráfica son innumerables los ejemplos de creaciones mater-  de María Lozano Estivalis, “la maternidad es una variable

 nocéntricas que han visto la luz durante la última década en   de relación humana socialmente determinada que, con una

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 diferentes puntos de la geografía española.  Tanto es así que   función biológica como trasfondo, elabora un conjunto de

 nos atrevemos a afirmar que, si los “roaring Twenties” del   asignaciones simbólicas con las que las mujeres y hombres

 siglo veinte danzaron al compás desenfrenado de una nueva   deben enfrentarse individual y colectivamente” (150). Son

         estas asignaciones simbólicas, siempre variables y mutan-

         tes, que desde los ámbitos más conservadores se presentan

 1  Sobre debates teóricos en cuanto a los cuidados en la época neoliberal,   como “naturales”, las características que los feminismos han
 véanse los estudios de Pérez Orozco, Camps, Ezquerra y Bettaglio, en-

 tre otros.  puesto en duda y siguen cuestionando y problematizando.





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 Revist a  de  al ce s XXI                              Número  5 , 2021-2023
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