Page 273 - Revista3
P. 273

tica, te juntas en un sentido mucho más amplio, no sólo en   de realidad nos obligó a hacer un ejercicio de humildad y a

 un sentido abstracto de ser político”. Este sentido más am-  replantearnos nuestras formas de hacer a la luz de los acier-

 plio, afectivo, personal, era un tejido que nos sostenía, que   tos de las plazas.

 hacía que más allá de un proyecto político, Diagonal fuera   El 15M, y también la crisis económica que había comen-

 una pequeña comunidad en la que te sintieras reconocida.   zado unos años antes, nos obligó a dejar de mirar tanto fue-

 A lo largo de diez años de andadura, las vidas de quienes   ra de nuestras fronteras en busca de procesos políticos ilu-

 formamos la comunidad Diagonal cambiaron mucho: si la   sionantes sobre los que escribir artículos, y a volver los ojos


 media de edad del grupo promotor eran los 25-27 años,   hacia nuestro entorno más cercano. Creo que nos hizo un

 después de diez años teníamos un grupo humano repleto   periódico mejor, más interesante y apegado al terreno, que

 de treintañeros que además de perder pelo y ganar arrugas   hablaba de cosas que afectaban directamente a nuestros lec-

 estaba teniendo descendencia. Si en los comienzos la mayo-  tores y lectoras.

 ría de nosotras y nosotros echábamos el resto en todo tipo   El terremoto social y cultural que se desencadenó en

 de actividades militantes (escribir artículos, hacer paquetes,   2011 también tuvo consecuencias en el sistema mediático.

 coordinar secciones, pegar carteles, corregir…) para soste-  Muchos periodistas reaccionaron a los despidos y el cierre


 ner el proyecto, después era la plantilla quien tiraba del ca-  de medios con la creación de nuevas cabeceras: Eldiario.es,

 rro y asumía la mayor parte de las tareas. El paso el tiempo   Materia, La Marea, Infolibre, Mongolia… Temas y cuestio-

 nos enfrentó con los límites de un activismo difícilmente   nes que el 15M había puesto sobre la mesa, y que hasta en-

 compatible con el sostenimiento de la vida, y con la nece-  tonces Diagonal había sido de los pocos medios en tratar,

 sidad de dotarnos de un sistema de trabajo que no exigiera   coparon las portadas de los periódicos. De repente todo el

 horas y horas (al final, me temo, todavía seguíamos en ello).   mundo hablaba de desahucios, de privatizaciones o de bur-

 La llegada de hijos e hijas nos obligó a marchas forzadas a   buja inmobiliaria, nuestros colaboradores escribían en los

 plantearnos los tiempos, las horas de las reuniones, las jor-  nuevos medios… y Diagonal seguía siendo un medio con

 nadas laborales e incluso el tipo de actos y eventos que or-  una existencia frágil y precaria, con mucha menos inciden-


 ganizábamos.  cia de la que nos hubiera gustado. Y con una capacidad de

         reacción lenta que casaba mal con una realidad que iba a
 Y de pronto llegó el 15M   mil por hora.


             Cuatro años después del 15M, el cambio cultural parecía
 Cuando estalló el 15M tuvimos que hacer frente a una para-  dar paso a un cambio institucional. La ventana de oportu-

 doja inesperada: de repente en las plazas se hablaba de cues-  nidad que se ha abrió frente a nosotras, junto con una sen-


 tiones que llevábamos años abordando en Diagonal pero   sación de haber tocado techo con el proyecto, nos llevaron

 muy poca gente conocía el periódico. Este repentino baño   a replantear Diagonal. Decidimos liarnos la manta a la ca-







 272                                                                                                          273
 Revist a   de   alces   XXI                                  Número  3 , 2016-2017
   268   269   270   271   272   273   274   275   276   277   278