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nya como a España. Explicaba Sigmund Freud que un chis- catalanes, no remiten a Freud, al menos directamente. La
te tendencioso podía ser “’desnudador’” u obsceno; agresivo nomenclatura substitutiva entre Polonia y Catalunya apa-
u hostil; o cínico o crítico, como el chiste blasfemo (108). rece ya en el estado español en el siglo diecinueve, marcada
Hablaba también de un cuarto tipo de chiste tendencioso, por el uso despectivo del apodo “polacos” dado a los cata-
el “del contrasentido,” que Freud añadía a los otros tres y lanes (los catalanes como liantes, enrevesados, y de lengua
al que da énfasis especial. Para Freud el contrasentido en el incomprensible). Pero, a la manera del contrasentido del
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chiste tendencioso es una técnica particular y “poderosa,” chiste freudiano, Soler claramente subvierte los términos de
en sus palabras, que ilustra contando “una preciosa histo- la denominación. Se apropia de la cualidad desdeñosa con
ria” ubicada, por cierto, en Polonia (la real). La historia va la que ese calificativo es utilizado por un “otro” no-catalán
como sigue: políticamente identificado en el programa con el poder cen-
tral español en general y con el Partido Popular y aliados en
En una estación ferroviaria de Galitzia, dos judíos se en- particular, y revierte su sentido. Usado así como un stand in
cuentra en el vagón. “¿A dónde viajas?”, pregunta uno. para “Catalunya,” entre catalanes el término “Polònia” pasa
“A Cracovia”, es la respuesta. “¡Pero mira que mentiro-
so eres! —se encoleriza el otro—. Cuando dices que vas entonces a dinamitar desde el potencial dado y asumido de
a Cracovia me quieres hacer creer que viajas a Lemberg. extrañeza, otredad e incomprensibilidad cualquier expecta-
Pero yo sé bien que viajas a Cracovia. ¿Por qué mientes tiva que el “otro” (en los últimos programas, Mariano Rajoy
entonces?”. (108) y su círculo) tenga sobre lo “uno” o lo propio (también en
los últimos programas, Artur Mas y el suyo).
La historia, plena de vueltas, revueltas y desconfianzas
nos es aquí especialmente útil. En primer lugar porque el
chiste se despliega entre “dos judíos,” es decir, entre dos co- levisión de Catalunya y Minoría Absoluta (la productora de Soler). Se
nocidos que, aunque recelosos uno de otro, comparten un emitió por primera vez en TV3 el 15 de septiembre del 2008 y, como
Polònia, continúa hoy en antena.
mismo código histórico-cultural —tal como también ocu-
rre en Polònia—. Soler y sus guionistas no sólo utilizan a 33 Los términos “Polonia” y “polacos,” referidos a los catalanes en tono
menudo el contrasentido como una de sus técnicas, sino peyorativo, tienen origen incierto, en general atribuido al hecho de que
el catalán suena “a polaco” para el resto de españoles, es decir, ininteligi-
que casi parecerían estar pensando en la historia freudia- ble. Otra versión atribuye el despectivo “polacos” dado a los catalanes a
na cuando “trasladaron” el nombre de “Polònia” a Catalu- un momento histórico de fuerte inestabilidad política en España: el se-
nya. Cierto que las razones de tal traslado, como saben los xenio democrático de 1868 que1874, cuando, plagada la población con
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la amenaza, percibida o real, de que España se iba a romper, desde el res-
to del Estado español se recurrió al símil de la polonización (ahora diría-
32 Toni Soler utiliza también el nombre de Cracovia para dar título al mos balcanización), referida al rompimiento de Polonia por los mosco-
programa gemelo de Polònia: Crakòvia. Dedicado a la sátira futbolera y vitas, para alertar de la posibilidad de llegar a una Finis Hispaniae de la
utilizando el mismo plantel de actores, Crackòvia está producido por Te- que se responsabilizó a Catalunya y a los catalanes.
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Revist a de alces XXI Número 2 , 2014-2015