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es un topónimo Cantalar, como hay masadas que se lla-  pecto del paisaje, aunque el hombre, como es natural, lo

 man Mas del Río, o Mas de la Peña Blanca, o del Latonar.   haya seguido transformando. Crespol es autoanálisis, histo-

 Son lugares que he visto de niño, de joven, que sigo viendo   ria, ajuste de cuentas, homenaje incluso. Pero no nostalgia.

 ya casi viejo. Son topónimos cargados de significación para   La nostalgia es pura hipocondría”.

 mí. Hitos que marcan el itinerario, a menudo la deriva, de

 mi autoconocimiento. Cualquier escritor que de verdad lo   3) Julio Llamazares, el paisaje y la memoria:

 es, acaba haciéndolo un día u otro, desde el principio, o al


 final, cuando sea o cuando se lo pide el cuerpo. Tenemos el   “La imaginación no es más que la memoria fermentada” es-

 ejemplo muy reciente de Amin Maalouf y su novela “Los   cribió el portugués Lobo Antunes y a su afirmación me aco-

 desorientados”. Tras una larga docena de obras, la mayo-  jo para describir mi idea de la literatura. Los paisajes, los re-

 ría de ellas de indagación histórica, escribe la más personal,   cuerdos, la música, los olores, los sonidos y colores que me

 aquella que le permite conocer a los suyos, su Levante des-  envuelven son el sustrato del que surge toda mi obra, pero

 aparecido, y a sí mismo.  sólo cuando aquellos se han convertido ya en humus. Ese

 Crespol, no podía ser de otro modo, está cargado de con-  humus que alimenta la creatividad como en la naturaleza la


 notaciones, muchas de ellas históricas y políticas. Significa   nueva savia tras el invierno.

 el fin de un mundo. Los cambios que se han venido produ-  Por lo demás, entre la autobiografía y la ficción, entre la

 ciendo en nuestro país en las últimas décadas, y que han he-  realidad y la fantasía, entre las poesía y la narración clásicas,

 cho de él lo que hoy es. La lucha de sus gentes por mantener   yo me sitúo en un territorio intermedio, ese que siempre

 la dignidad. Crespol contiene también mi visión del amor,   está inhabitado por ser el de la frontera y que, por eso mis-

 de la mujer, del paisaje. De una actitud frente al mundo.   mo, es el más emocionante.

 La mía. Y si la escribo es porque necesito hacerlo. Y por-

 que la quiero compartir con otros. Crespol es “El fragor del

 agua”, es “Tampoco está vez dirían nada”, es “La fábrica de   B)  EL  ABANDONO  DEL  PAISAJE,  MOTIVO  EN  LA


 huesos”, es “Voces al alba”. Pero tengo la impresión de que   CANCIÓN POPULAR Y DE LOS CANTOAUTORES.

 Crespol se infiltra, de un modo o de otro, incluso en mis li-

 bros que no tratan de él, en los que se hacen eco, desde la   Un ejemplo: Habanera triste, por La Ronda de Boltaña

 ficción, de mis lecturas o de mi visión social más contempo-

 ránea (“El hongo de Durero”), o de mi otro 50% “genético”   Mi casa era un barco velero

 (“Licantropía. Itinerario de una novela”).  cada vez que madre hacia la colada,

 Solo me queda algo que añadir: rechazo la noción de nos-  con velas de sabanas blancas


 talgia. Crespol no es nostalgia, ni añoranza. Ni siquiera res-  tendidas a los vientos de estas montañas.






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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