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gra”, que aquel 10 de julio entraba en Sol. Todo estaba a os-  Didi-Huberman explora una serie de escrituras en las que

 curas, pero los mineros encendieron las lámparas frontales   él ve encarnarse lo que llama una política de las luciérnagas

 de sus cascos y, como tituló un fotógrafo, parecían luciérna-  es decir, los intentos de apertura, resistencia y testimonio, a

 gas [fig. 8]. Esta marcha constituye la inversión política del   través del poder político de la imagen, en contextos de vio-

 nacional-quijotismo que he analizado hasta aquí. Nos abri-  lencia totalitaria. Los ejemplos que da se nos quedan muy

 mos así a la posibilidad política de otra estética, más allá de   grandes, no así sus metáforas, las de esas imágenes-luciérna-

 la nación y de su fútbol.   gas. Pueden servir para inspirar modos de leer las prácticas


         estéticas populares que tratan de resistir la temporalidad de

         crisis (pintadas, fotografías, acciones efímeras...) que bus-

         can, en el gesto de representar la temporalidad acelerada del

         presente, apropiarse de un significado del mismo que sea

         útil.

             Estas poéticas desempeñan modos de inflexión estética

         cercanos a la poética de la iconoclastia, si la entendemos


         como el acto concreto, único, de hacer distinguir lo repre-

         sentado de su representación, produciendo, en el trascurso

         de ese mismo acto, la destrucción de la representación mis-

         ma. Ese mismo tipo de inversión, y de distancia, operan las

         poéticas efímeras, sin diseñar una destrucción formal, sino

         más bien una interrupción de un modo de comunicación

         estética hegemónico. Los mineros al encender sus frontales


 Fig. 8. La Comunidad de las Luciérnagas. “Marcha Minera.” Foto-  transforman la oscuridad política de la ciudad (oscurecida

 grafía de Rafael Sánchez Mateos-Paniagua.  para no recibirles, para negarles el derecho de ser vistos en

         su llegada), en posibilidad de encuentro y de hallazgo.

 Con esta figura, Rafael Sánchez-Mateos Paniagua apela   ¿En qué sentido Sánchez-Mateos desea con esa imagen-lu-

 con fuerza a un hermoso texto de Didi-Huberman, “la co-  ciérnaga que la marcha negra se revele capaz de franquear el

 munidad de las luciérnagas”. Didi-Huberman afirma que   horizonte de las construcciones totalitarias? Utilizar la oscu-

 “el primer operador político de la protesta, de la crisis, de la   ridad para producir luz sería el gesto poético y epistemoló-


 crítica o de la emancipación debe llamarse imagen en tan-  gico. La poética efímera emplea un mecanismo de invisibi-

 to que se revele capaz de franquear el horizonte de las cons-  lización para generar la propia visibilización. La imagen de

 trucciones totalitarias” (3, mi traducción). En este texto,   los mineros llegando a una ciudad oscura resulta interesan-






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 Revist a   de   alces   XXI                                              Número  1 , 2013
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