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mente democrática, no tiene ningún sentido que se teori- Obras citadas

cen o practiquen normas distintas en una y otra comuni-

dad, pues el movimiento es el nacimiento del futuro estado Álvarez Yágüez, Jorge. Política y República. Aristóteles y Ma-

y ambas comunidades están avocadas a identificarse al final quiavelo. Madrid: Biblioteca nueva, 2012. Impreso.

del proceso político-cultural. En términos de Joaquín Miras

Alabarrán, el movimiento va creando en su funcionamiento Anderson, Benedict. Imagined Communities. Reflections on

cotidiano el nuevo estado democrático que queremos. Sólo the Origin and Spread of Nationalism. Londres y Nue-

así, en este sentido, la cultura sirve al arte político, y la ac- va York: Verso, 1991. Impreso.

ción política se convierte en la construcción de una nueva

cultura de vida. Anderson, Perry. “The Ends of History,” en A Zone of Enga-

gement del mismo autor. Londres y Nueva York: Verso,

1992. 279-375. Impreso.

—. The Origins of Postmodernity. Londres y Nueva York:

Verso, 1998. Impreso.

—. “The Intransigent Right: Michael Oakeshott, Leo

Strauss, Carl Schmitt, Friedrich von Hayek,” en Spec-

trum del mismo autor. Londres y Nueva York: Verso,

2005. 3-28. Impreso.

Aston, T. H. y C. H. E. Philpin. The Brenner Debate. Agra-

rian Class Structure and Economic Development in

Pre-Industrial Europe. 1985. Cambridge: Cambridge

University Press, 1995. Impreso.

Bell, Daniel. “The cultural contradictions of capitalism,”

en Capitalism Today, editado por Daniel Bell e Irving

Kristol. Nueva York: Basic Books, 1971. 16-43. Im-

preso.

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Revist a de alces XXI Número 1 , 2013