Organizadora: Isabel Estrada (iestrada@ccny.cuny.edu).
El fracaso del neoliberalismo para crear una sociedad más justa ha sido denunciado en círculos académicos a lo largo de más de tres décadas (de Certeau 1984, Harvey 2007, Piketty 2013). El neoliberalismo merma la libertad individual al someterla a los dictados del mercado, por lo que la gradual pérdida de agencia del demos se considera uno de los problemas más acuciantes de las democracias actuales (Brown et al, Democracy in What State 2012). En España, la Monarquía Constitucional de 1978 ha sido definida como “fantasía” por Joan Ramón Resina y calificada como “deficiente” por Vicenç Navarro.
Cuando se cumple el tercer aniversario de las protestas del 15M, nos preguntamos qué fue de la energía revolucionaria que las fomentó. Hasta ahora, la organización con más impacto social ha sido la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, que ha evitado más de mil deshaucios. Se acaban de fundar un partido politico, Podemos, y una marea, el Movimiento por la Democracia. Algunos críticos culturales se congratulan de que el 15M haya mobilizado a la población y fomentado la libertad de expresión (Moreno-Caballud 2013). Cineastas como Basilio Martín Patino celebran la libertad de las mobilizaciones de 2011 en su documental Libre te quiero (2012). La propuesta política más significativa hasta el momento la ha realizado Fernández Savater y consiste en desmantelar la política “estadocéntrica”, en “agujerear la definición instituida de la realidad y producir nuevos sentidos para la vida social” (2014).
Este seminario examinará las intervenciones culturales que proponen estos nuevos sentidos sociales y culturales. Interesa reflexionar acerca de las nuevas redes de distribución y promoción en el ciberespacio, modos alternativos de producción como crowdfunding, la cultura abierta en internet (Creative Commons), la experimentación con formatos no comerciales como el corto cinematográfico, la anti-profesionalización del artista y el uso de internet como medio de “auto-comunicación de masas” (Castells 2010). ¿Es realmente posible navegar un mundo virtual al margen del capitalismo? Si los jóvenes artistas distribuyen sus creaciones gratis, ¿significa esto que carecen de “valor de mercado”? (Larnier 2011). Si el cineasta se convierte en su propio “servidor” en la red y desaparece la tradicional disposición jerárquica entre la pantalla y la oscuridad en la que se ubican los espectadores, ¿logran aquellos una relación más cercana y participativa con su público? ¿Causarán la reproducibilidad electrónica y el ciberespacio la muerte del cine? Estas son algunas de las cuestiones de las que nos ocuparemos.
Bibliografía: Lista de lecturas–Democrazy
