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puesta de varios ensayos extremadamente útiles sobre la vantamientos pacíficos globales en contra de la supremacía
producción cultural contestataria y a la contra (de Palmar blanca sistémica, las secuelas violentas de los asentamientos
Álvarez Blanco, un referente en modos culturales alternati- coloniales, el racismo anti-negro, anti-latino, anti-indígena
vos que brotaron en la cultura de la España post-15M), el y xenófobo, marquen el inicio de nuevas formas de existir
Teatro del Barrio (escrito por uno de sus miembros funda- y discernir. Aún queda un largo recorrido para descoloni-
dores, Alberto San Juan, también fundador de la Univer- zar nuestros entornos y epistemologías. Pero mientras haya
sidad del Barrio), el cine experimental (de manos de Luis grupos comprometidos de jóvenes (y no tan jóvenes) arma-
Moreno-Caballud y la cineasta Helena de Llanos), y, por dos con ideales democráticos preparados para tomar las ca-
último pero no menos importante, la literatura y la nove- lles en defensa de la justicia social y la prosperidad econó-
la española (un Capítulo 18 espectacular escrito por Belén mica de todos, puede que aún tengamos una oportunidad
Gopegui y el Capítulo 19 igualmente excelente de David de seguir luchando.
Becerra-Mayor). El volumen concluye con una llamada
conmovedora por parte de los editores a la práctica com- Samuel Amago
prometida de la crítica cultural. University of Virginia
A día de hoy, en momentos en los que el nuevo coro-
navirus ha recorrido las sociedades globales casi de forma Traducción de Benjamín Romero Salado
descontrolada, dejando probablemente a su paso una crisis
socioeconómica aún más profunda y duradera, no puedo
evitar sentirme nostálgico al mirar atrás y ver todo lo que
el 15M nos dejó: las ocupaciones de las plazas, el teatro de
guerrilla, el cine colectivo, las organizaciones políticas no
centralizadas, las efusivas intervenciones literarias y audio-
visuales, los nuevos partidos políticos, los nuevos compro-
misos sobre igualdad de género, el énfasis renovado sobre
el hecho de que el capitalismo no nos ha liberado de nada.
El proyecto de promover una mayor participación demo-
crática en la cultura y la política española está lejos de ver-
se finalizado. El capitalismo del desastre continúa prospe-
rando de manera global, alimentándose de la angustia y la
precariedad que crea. Pero tengo la esperanza de que los le-
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Revist a de alces XXI Número 4 , 2019-2020