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na de agricultores. Usando el lenguaje propio del mundo del terreno donde se ubican inicialmente las chabolas, estas
académico, la artista redacta el currículo de un campesino desaparecen de allí, para reaparecer en otro lugar: “el cha-
y una campesina leoneses, para “señalar la capacidad de in- bolismo…nace en el seno mismo del planteamiento urbano
novación que existe en el entorno rural” (62). Destacamos del régimen” (87).
también el proyecto Almáciga, que recoge palabras de cator- El segundo trabajo es “Cartografía fotográfica de perife-
ce idiomas hablados en la Península Ibérica para resaltar el ria, cinturón, extrarradio” de Samuel Amago, que traza un
cuidado de la tierra, y también evoca la fuerza de un lengua- “viaje fotográfico” por los espacios de extrarradio españo-
je de los comunes para enriquecer nuestras relaciones con les. La propuesta del autor es entender cómo la fotografía
la naturaleza. La definición misma de “cultura” es “cultivo. de esas zonas hace visibles los “procesos destructivos de ur-
De la tierra. Lo que germina. Lo que crece. Lo que alimen- banización” y cómo los espacios de extrarradio dan testi-
ta. Lo que hace posible la vida. Una y otra vez” (67). monio de esos mismos procesos (100). Amago empieza con
La segunda parte del libro, titulada “Cartografías de la una descripción de la película El puente (Bardem, 1977) en
‘no-ciudad’: Periferias” recoge tres trabajos que analizan la la que un protagonista —Juan— se desplaza en una moto-
tensión que se da entre los confines de la ciudad y lo que cicleta fuera de la capital, pasando por varios espacios ex-
está fuera. Primero, el trabajo “La ciudad y la no-ciudad: ‘el traurbanos, encontrando en su camino gente local, turistas
lugar’ de Tiempo de silencio” de Malcolm Alan Compitello extranjeros y otros, y dejando queel clima y el territorio “ac-
examina las relaciones entre la “imaginaria cartográfica” de túen” sobre él, transformándolo “a través del afecto” (97).
un creador cultural y los espacios reales (77). Compitello El análisis de esta película de los comienzos de la transi-
muestra cómo, mediante el recorrido de Don Pedro y Ama- ción española muestra un terreno “nacional” que todavía
dor —dos protagonistas de la novela de Martín Santos— a estaba abierto a “nuevas formas de uso, de vida, de organi-
las chabolas más allá de la Calle Atocha del Madrid de los zación social” ofreciendo modos “alternativos” de ser y de
años 60, se revela una realidad urbana que tiene los gérme- estar en el mundo (111), generando un sentido de la libe-
nes no solo de la “urbanización de la conciencia”, sino tam- ración que se configura entre el ser humano y el espacio.
bién de la “urbanización del capital” (77). Usando las teo- Por el contrario, los usos del espacio “nacional” en las dé-
rías del geógrafo David Harvey, de Gustavo Pérez Firmat cadas posteriores a la dictadura han dado lugar a una orga-
(1986) y de Carmen Gavira (1999), Compitello señala que nización capitalista de explotación intensa, que deja ruinas
la ubicación física del espacio y del lugar ejercen una fun- y escombros en su paso. Esto lo señala el autor con el aná-
ción crítica en la construcción narrativa. Además, Compi- lisis de la fotografía ecocrítica de Jordi Barnadó, Marc Fe-
tello sitúa el chabolismo dentro de los mismos mecanismos menia y Julia Schulz-Dornburg, cuyas imágenes de espacios
de circulación de capital, ya que una vez que sube el valor “sin uso” o “sin usar” iluminan las incoherencias de la lógica
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Revist a de al ce s XXI Número 7 , 2025

